2 Tesalonicenses 2:1-12
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Ahora, con respecto a la venida de nuestro Señor Yeshúa y nuestra
reunión con él, os rogamos, hermanos,
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que no seáis movidos fácilmente de vuestro modo de pensar ni seáis
alarmados, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si
fuera nuestra, como que ya hubiera llegado el día del Señor.
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Nadie os engañe de ninguna manera; porque esto no sucederá sin que
venga primero la apostasía y se manifieste el ser de
iniquidad1, el ser de perdición.
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Este se opondrá y se alzará contra todo lo que es de D’s y lugar
de adoración, tanto que se sentará en el Templo de D’s ocupando el
lugar que Le corresponde a D’s
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¿No os acordáis que mientras yo estaba todavía con vosotros, os
decía esto?
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Ahora sabéis qué lo detiene, a fin de que a su debido tiempo él
sea revelado.
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Porque ya está obrando el misterio de la iniquidad1;
solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora lo
detiene.
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Y entonces será manifestado
aquel inicuo1, a quien el Señor Yeshúa matará con el
soplo de su boca y destruirá con el resplandor de su venida.
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El advenimiento del inicuo1, que es por obra de
Satanás, con todo poder, señales y prodigios falsos,
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y con todo engaño de injusticia entre los que perecen, por cuanto
no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
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Por esto, D’s les enviará una fuerza de engaño para que crean la
mentira,
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a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la
verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
1Inicuo: Sin ley o anarquía, es decir,
contrario a la Torah.